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#TrendyGirl: Cómo ser (más) positiva y eliminar pensamientos negativos

#TrendyGirl: Cómo ser (más) positiva y eliminar pensamientos negativos
Usualmente los pensamientos negativos son la principal causa de nuestro sufrimiento, no saber gestionar las emociones puede tener importantes consecuencias en nuestro bienestar. Aunque no lo creas ser optimista tiene muchísimos beneficios, hasta el punto en que puede influir en nuestra carrera profesional y autorrealización personal.
Existen tres tipos de pensamientos negativos: los que se anticipan a un posible desastre futuro, los que parten de la culpa y los que provienen de un trauma pasado. En un artículo de 2014, The Guardian halló 10 categorías en las que clasificar los pensamientos nocivos más comunes las cuales son:
Pensamientos en blanco y negro: “He fracasado”. “Todos los demás pueden hacerlo”.
Leer la mente de los demás: “Creen que soy aburrida”. “Piensan que no valgo para esto”.
Adivinar el futuro: “No vale la pena intentarlo, no va a funcionar”.
Generalizar: “Esta relación ha acabado; nunca voy a encontrar a nadie”.
Minimizar lo positivo: “Tal vez soy buena madre, pero cualquiera puede serlo”.
Ser una dramática: “No encuentro las llaves. Estoy fatal”.
Expectativas poco realistas: “Debería seguir avanzando aunque esté cansada”.
Insultos: “Soy tonta”.
Culpa: “Mi novio está de mal humor; debe de ser culpa mía”.
Catastrofismo: “Todo va a salir mal”.
Y aunque no lo creas, este tipo de pensamientos puede ser perjudicial en tu salud ya que ser negativa puede afectar a nuestras estructuras neuronales y, por lo tanto a nuestras emociones, nuestros sentimientos e incluso a nuestra memoria.
¿Cómo frenar la negatividad?
Puesto que la negatividad y la ansiedad se retroalimentan, es necesario cortar en seco los pensamientos nocivos. Es por eso que siempre que tenemos un problema tenemos que plantearnos las siguientes preguntas:
¿Se trata de un problema real?
En 9 de cada 10 ocasiones nos preocupamos por cosas que no han ocurrido (y que, con gran probabilidad, nunca ocurrirán). Por otro lado, centrarse en el momento presente te ayudará a calmar la ansiedad.
¿Tu preocupación es un problema o un hecho?
Todos los problemas tienen solución, mientras que los hechos no la tienen. Como decía el famoso proverbio chino, «Si un problema tiene solución, no hace falta preocuparse. Si no tiene solución, preocuparse no sirve de nada”.
¿Es cosa tuya?
Esta pregunta tiene dos sentidos y en cualquiera de los dos, si la respuesta es “no”, deberías poner cartas en el asunto. Ni debemos preocuparnos de más por terceras personas ni debemos preocuparnos de más por situaciones que escapan a nuestro control. Si no existe NADA que podamos hacer al respecto, machacar una idea sólo puede provocarnos estrés innecesario.
¿Cómo quiero sentirme?
El budismo defiende el poder de los mantras desde hace siglos y hay expertos, como Thompson o Gilbert que apoyan la idea. Es posible entrenarse para ser más feliz. Una inyección de mensajes motivadores o una sonrisa pueden ser suficientes para arrancar el motor del optimismo. Tú tienes el poder de interpretar cada acontecimiento de tu vida: las personas positivas no lo son por ausencia de malos tragos en su vida, sino por cómo deciden hacer frente a cada revés.
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